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Recetas paso a paso

Almejas a la marinera de Arguiñano

¡Descubre el sabor auténtico del mar con las almejas a la marinera de Arguiñano! En tan solo unos minutos, podrás disfrutar de un plato saludable y rebosante de sabor, con ingredientes frescos y naturales. Perfectas para deleitar a tus invitados, estas almejas son la estrella de cualquier evento, garantizando un comienzo de fiesta inolvidable.

Ingredientes esenciales

¿Sabías que las almejas a la marinera son un viaje directo al corazón de nuestra gastronomía? Cada ingrediente es un pasaporte al placer, y te voy a contar el secreto para que tu plato sea un auténtico homenaje a la tradición.

Recuerdo las tardes en la cocina de mi abuela, donde el olor del ajo dorándose era la señal de que algo maravilloso estaba por llegar. Las almejas, recién sacadas del agua, son las protagonistas indiscutibles y merecen ser tratadas con respeto. Busca aquellas que te hablen de frescura y océano.

El ajo, ese compañero fiel en la cocina española, debe ser picado fino para que se funda en la salsa.

El perejil no es solo un adorno, es el alma verde que aporta frescor y armonía.

Y el vino blanco, ese poeta líquido, debe ser uno que al olerlo te transporte a los viñedos soleados de nuestra tierra.

En mi casa, nunca faltaba un toque personal en las recetas. ¿Has probado a añadir una pizca de pimentón para darle un color rojizo y un sabor ahumado? Te invito a que dejes volar tu creatividad y hagas de esta receta un reflejo de tu esencia.

ingredientes almejas a la marinera Arguiñano

Preparación paso a paso

¡Vamos a darle vida a la cocina con estas almejas a la marinera al estilo de Arguiñano! Yo siempre digo que las almejas deben elegirse como si fueran un tesoro del mar, buscando esa frescura que nos hará soñar con olas y brisa salada.

  1. Selección y limpieza de las almejas. Recuerda, las almejas deben cerrarse cuando las tocas, ¡es signo de que están perfectas para nuestra receta! Lávalas con cariño, como si las acunaras entre las olas, para quitarles la arenilla.
  2. Elaboración del sofrito base. Aquí está el alma del plato. Con aceite de oliva virgen, ajo y perejil, crea un sofrito que será la envidia de cualquier chef. El truco está en no tener prisa, dejar que los sabores se fundan lentamente.
  3. Cocción de las almejas y flambeado con vino blanco. Este es el momento cumbre, donde las almejas se bañan en el sofrito y se aromatizan con el vino. Al flambear, no solo te sentirás como un auténtico chef, sino que el vino aportará ese toque gourmet que buscamos.
  4. Finalización de la salsa y emplatado. Cuando las almejas se abran en señal de rendición, estarán listas para ser coronadas con la salsa que has preparado con tanto amor. Emplátalas con orgullo y esparce un poco más de perejil para el gran final.

Si hay algo que he aprendido en la cocina, es que cada plato cuenta una historia. Atrévete a añadir tu capítulo personal a estas almejas a la marinera, ya sea con una pizca de tu especia favorita o un ingrediente secreto. ¡Conviértete en el narrador de tu propia aventura culinaria!

sofrito almejas a la marinera Arguiñano

Trucos de Arguiñano

¡Alucina con los truquillos de Arguiñano! Vamos a desvelarte cómo lograr unas almejas a la marinera que ni pintadas, como las que prepararía Karlos en su propia cocina.

  • Las almejas, ni muy hechas ni muy crudas: El truco de la abuela es dejarlas en agua con sal, como si estuvieran en el mar, para que suelten la arena. Cocínalas hasta que se abran, como una flor en primavera, y tendrás unas almejas que son un poema.
  • Un sofrito que es la repera: Pica ajo y perejil como si no hubiera un mañana, y sofríelos hasta que estén doraditos y cantarines. Ese aroma que inunda la cocina es el preludio de un plato que te hará tocar las palmas.
  • El vino blanco, ¡ese gran compinche!: Aquí no vale cualquier vinucho, escoge uno que sea digno de este plato. Al añadirlo, deja que se evapore el alcohol para que los sabores se abracen y bailen un chotis en tu paladar.

Como diría Arguiñano, la cocina es alegría. Así que no te cortes, experimenta con los ingredientes y haz de tu cocina un festín de sabores. Pero, ojo, no te olvides de estos consejillos que son oro molido. ¡Que aproveche!

Maridaje y presentación

¡Prepárate para el aplauso! Porque cuando tus invitados saboreen las almejas a la marinera con el vino que voy a recomendarte, se llevarán las manos a la cabeza. Desde mi experiencia, un Albariño bien frío, con su toque de manzana verde y aroma a mar, es el alma gemela de las almejas. Y si eres de tintos, busca un Tempranillo joven, que con su vibrante fruta roja y su espíritu desenfadado, te hará sentir como si estuvieras en una fiesta en La Rioja.

En cuanto a presentar este manjar, piensa fuera de la caja. Imagina una bandeja de pizarra con las almejas reposando sobre un lecho de sal gruesa, imitando el océano que les dio vida. Decora con ramitas de perejil y rodajas finas de limón, creando un espectáculo visual que será tan apetecible como el plato mismo. Recuerda, la presentación es la primera impresión que se llevan tus comensales, así que haz que cuente. ¡Y diviértete! Al fin y al cabo, la cocina es experimentar y compartir, y cada detalle cuenta en la historia que estás contando con tu menú.

Receta

Almejas a la marinera al estilo Arguiñano

¡Vamos allá con una de mis recetas estrella! Las almejas a la marinera, un plato que siempre triunfa en las reuniones familiares y que me recuerda a esos veranos en el norte, con el olor a mar inundando la cocina.

Ingredientes

Apunta bien, porque estos ingredientes son el secreto de un plato de diez:

  • 1 kg de almejas, que sean frescas y jugosas, como las que recogía con mi abuelo en la playa cuando era pequeño.
  • 4 dientes de ajo, picados con cariño y dedicación.
  • Un puñado generoso de perejil fresco, porque en la cocina, el verde es sinónimo de vida.
  • 150 ml de un vino blanco que haga cantar a las papilas gustativas, ¡nada de vinos de tetra brik!
  • 2 cucharadas de harina para conseguir esa salsa que te hará mojar pan sin parar.
  • Un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, el oro líquido de nuestra tierra.
  • Sal y pimienta al gusto, que nunca falten en la cocina.

Instrucciones paso a paso

  • Empieza por darle un baño a las almejas en agua con sal, como las que chapoteaban en la orilla del mar. Déjalas reposar para que suelten cualquier resto de arena.
  • Calienta el aceite en una sartén y añade el ajo con mimo, que se dore sin prisas, que la paciencia es virtud de buen cocinero.
  • Esparce la harina como si fuera polvo de hadas y remueve bien. Al agregar el vino, hazlo como si brindaras por los buenos momentos que están por venir.
  • Ahora, las protagonistas: las almejas. Añádelas a la sartén y cúbrelas con una tapa, esperando a que se abran como tesoros escondidos en su concha.
  • Finaliza con una lluvia de perejil y un último toque de varita mágica con la sartén. ¡Tachán! Tus almejas están listas para enamorar paladares.

Y no olvides, el toque personal es lo que hace única cada receta. Si te apasiona el picante, no te cortes con la cayena. Si lo tuyo es el aroma cítrico, un chorrito de limón será tu aliado. ¡Haz que este plato cuente tu historia!